miércoles, 3 de diciembre de 2025

No es terrestre (Non è terrestre). Peter Kolosimo

Libro de Peter Kolosimo (Pier Domenico Colosimo, 1922-1984) publicado en 1968. Plaza & Janés lo publicó en la colección Otros mundos en 1970. La traducción es de José Fernández González. 

La obra de Peter Kolosimo, Non è terrestre, que le valió el prestigioso Premio Bancarella en 1969, se inscribe en el ámbito de la "arqueología misteriosa", buscando un denominador común en los enigmas de las antiguas civilizaciones. El libro desafía el escepticismo académico al compilar una vasta evidencia de anacronismos tecnológicos y hallazgos inexplicables que sugieren una historia terrestre diferente a la tradicionalmente aceptada. Entre los hallazgos notables se encuentran objetos insólitos en estratos geológicos muy antiguos, como una moneda de bronce recuperada a más de 42 metros de profundidad en Illinois, o un extraño cubo metálico hallado en una mina austriaca que data de la Era Terciaria (entre 70 y 12 millones de años). Estos artefactos, junto con otros como dos anillos de cobre en Whiteside Country y la impronta de un tornillo en una roca antiquísima en Nevada, apuntan a la existencia de tecnologías avanzadas o la visita de seres foráneos en épocas remotas.

La tesis central de Kolosimo se refuerza con la reinterpretación de mitos y hallazgos que sugieren la visita de "náufragos de las estrellas". Ejemplos de esta interacción incluyen enigmas siberianos como un cráneo de bisonte prehistórico con un orificio circular que parece de bala, sugiriendo conflictos o caza con armas avanzadas. Mitologías de todo el mundo, como la historia bíblica de Elías que asciende al cielo en un "carro de fuego" o los carros voladores (vimana) de las epopeyas indias, son vistas como descripciones de vehículos cósmicos. Además, la iconografía antigua, como las figuras rupestres en el Sáhara ("Gran dios de los marcianos") o las estatuillas japonesas dogu, se interpretan como representaciones de seres equipados con escafandras espaciales y cascos. La losa del sarcófago de Palenque es un ejemplo clave, donde una figura parece manipular los controles de una nave propulsada por un "chorro de llama".

El autor también aborda las evidencias de cataclismos globales y civilizaciones perdidas. Argumenta que el planeta sufrió severos desplazamientos de los polos magnéticos, fenómeno sustentado por la paleomagnetización de rocas volcánicas y el hallazgo de restos anfibios en la Antártida, que alguna vez tuvo un clima cálido. Se retoma la leyenda de Atlántida, ubicándola más allá de las Columnas de Hércules. Investigadores soviéticos, como el profesor Zirov, conectan el hundimiento de la Dorsal Nordatlántica (base de la Atlántida) con el fin de la última glaciación hace unos 12 mil años, al permitir el flujo de la Corriente del Golfo hacia Europa. Paralelamente, se examina el continente de Mu en el Pacífico, con ruinas ciclópeas en islas como Ponape, sugiriendo una civilización avanzada desaparecida por catástrofes.

Una parte considerable del trabajo se centra en el conocimiento científico y astronómico inexplicable que poseían las culturas antiguas, sugiriendo una transmisión externa. Las pirámides (como la de Keops) muestran una orientación y precisión en sus dimensiones que se correlacionan con mediciones terrestres y distancias astronómicas (como la de la Tierra al Sol), lo que implicaría que sus constructores tenían un conocimiento geográfico y matemático avanzado. También se destaca el conocimiento avanzado de cuerpos celestes (como el sistema de Sirio de tres estrellas, conocido por los Dogon africanos), y la presencia de lentes ópticas de cristal de roca halladas en Nínive y Cartago, que habrían sido necesarias para la creación de microesculturas detalladas. En China, el descubrimiento de 716 discos de piedra vibrantes con alto contenido de cobalto y grabados que describen naves espaciales, datados hace 12 mil años, representa un desafío directo a la ciencia.

En resumen, Peter Kolosimo postula que la historia humana está salpicada de intervenciones y conocimientos legados por inteligencias no terrestres, o por civilizaciones terrestres perdidas de nivel superior. El autor recopila testimonios históricos de avistamientos de objetos voladores (UFO/OSNIs) desde la antigua Roma (tres soles y tres lunas, globos de fuego) hasta avistamientos modernos en la Antártida, además de referencias a fenómenos de la física, como la dilatación del tiempo, plasmadas en leyendas de Enoch y fábulas japonesas. A través de la divulgación científica, Kolosimo presenta sus interpretaciones audaces, concluyendo siempre con un punto de interrogación, reafirmando la libertad de pensamiento frente al dogma académico tradicional.

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